El otro dÃa, me conmovà por el trabajo de una de mis alumnas de dibujo de figura humana.
La ilustración era un autorretrato psicológico.
Un paisaje que muestra más bien lo que sucede al interior, representado por sÃmbolos entrañables y muy propios.
Algo habÃa en el dibujo, en el trazo, en la armonÃa del color que de inmediato le habló a una parte muy esencial en mÃ.
No sé exactamente qué fue lo que me removió.
Tal vez fue su expresión de calma total
Tal vez fue el sentido de nostalgia por la vida estudiantil.
Tal vez fue el sentido de ilusión caracterÃstico de la vida estudiantil.
Tal vez fue el sentido de ilusión por la creación.
En la ilustración, Amanda pasaba de una habitación oscura a un espacio lleno de posibilidades.
Estaba rodeada por distintos tipos de tela, por su máquina de coser, por sus alfileres y el cactus que su madre le regaló.
Pasar de la oscuridad a un espacio propio, a un cuarto propio.
Pasar de la oscuridad a un espacio de creación personal.
Pasar de la oscuridad,con total serenidad, a las posibilidades que pueden existir en determinados tiempos y espacios.
Al final, pasar la oscuridad, cuantas veces sean necesarias a través de la creación.
Al final, permanecer serena acompañada de las manos.
Ilustración de Amanda Pérez-MaldonadoÂ